Por ello, mis planes para el viaje han cambiado, así que debo
de hacer noche en la T4 de Barajas, pendiente de la maleta y de mi inseparable
bici ("la flaca"). A las 06:00 horas retomo mi viaje hacia Zaragoza,
4 horas después llego por fin a mi destino. Allí tomo otra guagua con destino a
Huesca y ya en Huesca, tomo una guagua más hasta Sabiñánigo, punto de partida
de la prueba.
Allí olía a ciclismo, pero claro, tengo que hacer noche y
debo tomar una nueva guagua hasta el hotel, en Formigal. Tras llegar al hotel,
caigo rendido en la cama, todoe ello después de 36 horas de viaje sin dormir.
Al día siguiente comienza una semana muy bonita de entrenos y
de pasión por el ciclismo, toda una ciudad volcada con este deporte.
Llega el día tan esperado para todos los aficionados al
ciclismo que allí se reunieron y también para todos los afortunados en el
sorteo de la QH 2013. Estamos a 22 de junio de 2013.
Ya situado en mi puesto de salida, me encuentro en un
pelotón de 12.000 ciclistas. A las 7:30
de la mañana se oye el cohete que indica el comienzo de la prueba y mi paso por
el arco de meta, en el cual comienza a contar mi tiempo se produce a las 8:10
de la mañana … ¡he estado 40 minutos esperando hasta pasar por el arco!
Comienza para mi, este gran reto, pasando de una grupeta a
otra para encontrar un ritmo adecuado para mi.
Los primeros kilómetros de carrera son los primero
kilómetros de mi vida como ciclista en los que más nervios y sensaciones he
tenido dentro de mi, acordándome incluso de cuando tenia 13 años y rodaba
detrás de mi tío ("el amo, mi ídolo") .
Llega la ascensión al Somport , puerto corto y explosivo el
cual se puede incluso subir a plato grande casi la mitad del puerto. Una vez
coronado el Somport me encuentro ante un tapón en la frontera hacia Francia de
más de 2.000 ciclistas en el primer avituallamiento de carrera.
Comienza un descenso de más de 40 km. Ya terminado dicho
descenso, tocan km y km en llano a un ritmo explosivo, ya terminada la llanura,
ante ti te encuentras de golpe ante el Marie Blanc , uno de los puertos más
duros que he subido en mi vida. En este puerto, los últimos 4km me obliga a ir
a 7km/h con la sensación de perder el equilibrio incluso viendo gente bajarse
de su bicicleta pero mi cabeza me decía "recuerda todo lo que has pasado …
Transvulcania, hospital,… no toques el piso Gordo, no lo toques" .
Ya coronado el Marie Blanc con la sensación de estar roto
por dentro, continúo mi lucha diciéndome, repitiéndome " vamos Gordo, tú puedes".
De nuevo un descenso, aunque no tan largo como el de Somport,
y a llanear nuevamente. Llego al Portalet con más de 150 km ya en las piernas y
ante mí una subida de 29 km , un puerto muy tendido pero sin dejar de lado su
dureza. El puerto más bello que he subido en mi vida.
Por fin corono Portalet, ya de nuevo en España, dejando
atrás los hermosos Pirineos y la sensación de haber perdido el equilibrio, comienza
un nuevo descenso que me lleva hasta Hoz de Jaca. Este es el puerto más corto y
más duro que he visto nunca.
Voy roto de dolor, mi cabeza me decía "no puedo", pero
mi corazón me decía por otro lado también repetía "Gordo, tienes que
llegar a meta, que tu nena espera que la llames". Me armo de valor y corono el puerto, ya alli
me quedan 15 km de llano rumbo a Sabiñánigo .
Por fin entro en meta. He hecho un tiempo de 7 horas, 44
minutos y 58 segundos. Por fin puedo llamar a mi nena y decirle "lo
conseguí", obtendré así mi diploma y mi medalla de oro en mi primera
Quebrantahuesos.
Literalmente roto por dentro pero con un gran sabor de boca
.
Después de disfrutar un día entre compañeros intercambiando
sensaciones me voy rumbo a mi hotel con nuevos amigos. Caigo rendido y muerto
de dolor en la cama . Al día siguiente me espera el viaje de vuelta, otras 36
horas sin dormir pero feliz.
Llego a mi isla , a La Palma, feliz y contento de volver a
estar junto a los míos y ya con el pensamiento de estar en próxima
Quebrantahuesos, en el 2014. Ya espero al 3 de diciembre, a que de nuevo, abran
el sorteo para intentar obtener mi plaza.