Como sabrán, el pasado fin de semana se celebró en Fuerteventura la
prueba de MTB Fudenas 2012. Hasta allí nos desplazamos un grupo de miembros del
Bayana: Leandro, Isidro, Mariano, Ricardo, Jesús, Oscar y yo
(Fernan).
Esta prueba ya había sido superada por algunos de ellos, otros se
habían quedado por el camino y otros la afrontábamos por primera vez. La verdad es que se trataba mas que de superar una prueba deportiva, superar, al menos
para mí, los límites que había alcanzado hasta el
momento.
El viernes salimos desde La Palma, bien temprano del garaje no se fuera a hacer tarde, buen desespero! Recogemos todo el material y para el aeropuerto. El viaje, unas risas, conociendo a los jinetes. Llegamos a Fuerteventura sin incidencias nos organizamos y a tomar fuerzas, almorzamos la pasta que manda el guión y a recoger los dorsales. Madre mía las colas. Encima los militares ponían una cara cuando decías que ibas a la carrera! Ahí ya empecé a ser consciente del fregado en el que estaba metido.
El viernes salimos desde La Palma, bien temprano del garaje no se fuera a hacer tarde, buen desespero! Recogemos todo el material y para el aeropuerto. El viaje, unas risas, conociendo a los jinetes. Llegamos a Fuerteventura sin incidencias nos organizamos y a tomar fuerzas, almorzamos la pasta que manda el guión y a recoger los dorsales. Madre mía las colas. Encima los militares ponían una cara cuando decías que ibas a la carrera! Ahí ya empecé a ser consciente del fregado en el que estaba metido.
Llegamos a los apartamentos, armamos las bicis, y comienza la
peregrinación de ciclistas a saludar a los clásicos del Bayana y madre mía que
patas tiene la gente, afilados, trastornados, hablan hasta en un lenguaje que ni
entiendo. Por supuesto, eso me va poniendo en alerta; esto no es que se ponga
negro pero se oscurece.
Nos aseamos un poquito y nos vamos a cenar. Todo esto aderezado con
risas, historias, batallitas, estrategias de carrera… Hora de dormir, unos más
que otros, que a las seis y media según Jesús había que estar en pié para
desayunar a las siete.
Día de la carrera, ufffffff. Hay nervios. Desayuno plagado de
ciclistas que se miran hasta para ver que lleva el otro en el plato. Nos alimentamos
y para la habitación a hacer tiempo hasta las nueve que ponemos rumbo a
Baku.
Qué ambientazo! Jamás había visto tanta bicicleta junta. A las
nueve menos cuarto se da la salida neutralizada, ahí ya me quedo por detrás del
resto, los veo muy eléctricos.
Una vez reagrupados, pistoletazo y salida!!!! Es brutal, una
sensación de tensión, emoción y liberación… al fin empieza esta carrera que
llevamos tiempo preparando y preparando, la suerte está
echada.
La parte inicial bien, todos por delante de mí, pero yo a mi bola.
Mucha “costilla de perro” pero siempre una rueda que seguir. Ya pasado un rato
me veo a Mariano pinchado, pero sigo, me coge fijo. Así fue y rodamos bastante
tiempo juntos, aunque me deja y nos reagrupamos en el segundo avituallamiento.
Pasamos también una zona que llaman el volcán que casi nada,
aquello era una sartén. Te asabas, y no daba tregua, varios cayeron delante de
mí, pero quiebro y cada uno a lo suyo. Te metes en esa dinámica de pasar del
resto porque pasan tantas cosas...
Luego prácticamente juntos hasta Antigua, vaya pechada hubo que
subir, pusimos pie en tierra. Y dicen que Fuerteventura es llana.
De ahí en adelante; rodar, rodar, rodar… parecía que los kilómetros
no se consumían. Calor, viento en contra… Así llego a una zona entorno al km 80,
un llano que parecía un infierno. Tal fue así que dejándolo ya atrás, me
encuentro a Ricardo ya sin fuerzas; no me dejó que me parase: “ Fernan, no te
pares!!!” y seguí.
La bici me despide y costalazo, me quedo sin aire, intento
levantarme pero con la misma al suelo. Ya iba justísimo para el
corte, mis pocas esperanzas por la borda.
Allí no había ni dios, así que me subo en la bici y a ver donde
llego. Gracias a un militar palmero que también participaba que me alcanzó
y me acompañó hasta Costa Calma donde ya no pude y me tiré al
suelo, estaba sin aire, no podía ni hablar… Así que desde allí en Hammer al
control, donde veo a Mariano. Se había quedado fuera por 10
min.
Me meten en la ambulancia y comienza mi otra Fudenas, porque tuve
que deshacer lo andado hasta el norte.
A estas alturas, Ricardo había abandonado y a Mariano lo habían
parado. Pero Jesús, Oscar, Leandro e Isidro consiguieron culminar la odisea.
Enhorabuena chicos, porque ahora sí que sé valorar lo que es acabar algo
así.
Ya a la noche reponemos fuerzas y más relajados , unos más que
otros, nos contamos lo vivido ese día. La verdad que el domingo estaba sin
ganas, pero a día de hoy me queda esa espinita clavada: Tumbaré a la
Fudenas???
Desde aquí agradecer a los compañeros de viaje el gran fin de
semana que pasamos, el haber estado ahí cuando estuve “jodidillo” y
a Mariano por esperarme en los avituallamientos, da ánimo para
seguir. Chicos esto no queda aquí, Fernan no se rinde!!
LEANDRO. 3º MASTER 40. 1º BAYANA
FERNANDO
OSCAR
JESÚS
ISIDRO
RICARDO
MARIANO
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