La edición de 2011 ha sido dura con los corredores. La lluvia y el frío se combinaron para ponerlo difícil, pero no pudieron con la férrea determinación de las 1.024 personas que alcanzaron la meta.
La meta fue fiel a su compromiso y se mantuvo en pie hasta el último segundo del tiempo límite de la Transgrancanaria (30 horas). Pero si alguien no falló en esta XII edición de la The North Face® Transgrancanaria fueron las 1.024 personas que llegaron hasta la meta de la Plaza de la Música, en Las Canteras, para dejar claro que los límites son relativos y que la voluntad de un corazón osado y unas piernas firmes son suficientes para burlar cualquier barrera.
La montaña se lo puso difícil en esta ocasión a los corredores. La persistente lluvia y el frío se convirtieron en los peores enemigos. Terrenos enfangados y piedras resbaladizas hicieron del camino una tortura en ciertos tramos y el aguacero que bañó el barranco de Tenoya en la tarde del sábado hizo que la llegada hasta la meta fuera una odisea. Pero aún así siguieron llegando uno tras otro los ‘finishers’ –nombre que reciben aquellos que terminan la prueba-, con el cuerpo hecho añicos, pero el orgullo en alza.
De los 254 corredores que tomaron la salida en la prueba de 123 km., en Playa del Inglés, 191 llegaron a la meta; mientras que en la Sur-Norte de 96 km. finalizaron el recorrido 153 personas de entre las 197 que lo iniciaron en ese mismo punto. En la Maratón llegaron hasta la Plaza de la Música 360 personas y en la Starter que salió desde Teror, se hicieron con la meta otros 320 valientes.
El servicio de seguridad y emergencias de la Transgrancanaria, que trabajó a destajo, registró unos 50 retirados y 24 evacuaciones a centros médicos. Además de estas cifras, otros corredores abandonaron la carrera ante la dureza del recorrido, pero por encima de todo lo que destaca es la enorme cifra de personas que cruzaron la meta, donde se encontraron con el recibimiento de la organización, que se mantuvo en pie hasta el último momento. También el público fue un aliado a la hora de recibir a los corredores, en especial en la mañana del sábado, cuando se congregaron en la Plaza de la Música más de quinientas personas para vivir de cerca esta prueba.
La Transgrancanaria sigue creciendo y mantiene el propósito de hacer partícipes a todos de esta fiesta. Por eso también los más jóvenes fueron protagonistas en esta edición, con el estreno de las carreras infantiles y juveniles, donde participaron unos 260 niños y compartieron el entusiasmo cientos de padres.
A lo largo de este fin de semana la Plaza de la Música ha sido centro neurálgico de la Transgrancanaria, con actividades para toda la familia. En este punto y en los otros centros de avituallamiento de la prueba, repartidos desde el sur hasta el norte de Gran Canaria, han trabajado más de 350 personas de la organización, entre ellos más de 200 colaboradores, imprescindibles para que esta prueba salga adelante.
Las cifras de la Transgrancanaria también siguen creciendo con cada nueva edición. Entre los números, desorbitados, destacan algunos como los 5.000 metros de cinta de balizar o los 8.000 reflectantes que se han utilizado en el recorrido, las 500 luces destellantes o los 200 carteles de señalización.
Mención aparte merece la cocina de la Transgrancanaria, que de manos de la empresa Hijos de Chencho ha trabajado sin descanso para mantener en pie a corredores y organizadores. Desde el pasado jueves, con la tradicional cena de la pasta y hasta el cierre de la prueba este domingo, se han consumido 200 kilos de paella, otros 200 de pasta, 1.200 panes, 700 litros de bebida, 400 litros de caldo ó 22 torrillas de 30 huevos cada una, entre otras cantidades.
Este mismo domingo la Plaza de la Música ha vuelto a recuperar su quietud después de que la Transgrancanaria haya echado el cierre y se haya hecho el silencio después de tres días intensos. La tradicional entrega de trofeos tuvo lugar durante la mañana, bajo un sol radiante que intentó compensar con esta presencia su falta de consideración durante el pasado sábado. Los tres primeros clasificados de cada una de las pruebas subieron al podio para despedir la prueba con unos plausos muy merecidos. Zigor Iturrieta, Nemeth Csaba, Sebastián Chaigneau, Lizzy Hawker, Nerea Martínez, Leire Iruretagoyena, Juan Luis Angulo, Israel Fernández, Pedro Ramos, Celia Tajada, Sonia Luterotti, Sonia Reichert, Tom Owens, Esteban García, Ángel Ortega, Eva María Queralt, Sonia Marcos, Mónica Zofio, Vicente Capitán, Manuel A. Padrón, Juan M. Suárez, Manuela Alonso, Martina Quintana y Natacha Liver recogieron su merecido trofeo.
También hubo mención especial para los miembros del equipo de Transcapacidad: José Luis Hernández, Reynaldo Ramos y César Díaz, que volvieron a recibir una de las ovaciones más emotivas de esta edición después de su esfuerzo y su entrega a la hora de demostrar que una persona con discapacidad también puede formar parte de esta aventura. Borja González, que corrió junto a los jóvenes autistas Mario Guadalupe y Adrián Peña, también recibió el sincero reconocimiento del resto de corredores.
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