10 febrero 2009

Iván Raña tropieza al salir del agua

Los sueños suelen estrellarse contra la sala de Urgencias de hospitales como el de Son Llatzer. A las afueras de Palma de Mallorca. Suenan a roto, como el diagnóstico médico: «Luxación acromio-clavicular». O como dice el abatido Iván Raña: «Es lo que hay». Es decir, la primera carrera como ciclista profesional del ex campeón mundial de triatlón supondrá dos semanas de baja. Así, de inmediato. «Y yo que ya iba pensando que podría acabar mi primera carrera. Faltaban dos vueltas y no íbamos tan rápido». Pero una caída tajó el grupo. De ahí, al hospital. «Me fastidia un montón. Pero no le voy a coger miedo», cuenta con el brazo derecho en cabestrillo. «Mira». Y se señala la vieja cicatriz que tuerce una de sus cejas. «Es un caída de cuando era chaval. Metí la rueda en una alcantarilla y salí volando». Luego enseña un dedo, machacado, y recuerda varios atropellos. «Es lo que hay», repite con deje gallego.

Iván Raña (Ordes, 1979) eligió la primera etapa de la Challenge de Mallorca para hacerse ciclista. Antes fue nadador y triatleta. Chico de piscina, de mar. Quizá por eso decidió cambiar ayer de oficio junto al Paseo Marítimo de Palma. Vínculo de agua. Pero el salto evolutivo hacia la tierra de asfalto resultó traumático. Acabó en el hospital. «Yo no domino esto», sospechaba antes de salir. «Pero es que llevo veinte años queriendo ser ciclista». Eligió su sueño. Y el lugar: al borde del mar. Se cayó. El triatlón es cosa de solitarios. El ciclismo se corre en manada. Ayer, Raña supo lo que significa un término que escalofría: 'montonera'. Es cuando los ciclistas se enganchan y caen en dominó. Sin remedio. Algunos, los instintivos, tienen tiempo para coger postura antes del impacto. Raña, ni eso. «De repente, ya estaba en el suelo». Saltó y no había agua. La piscina estaba vacía. «Acabar la etapa sería la leche», decía antes de salir. La 'leche'. El golpe.


Noticia de "El correo digital"
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