No existe un número mágico de pedaladas por minuto, pero sí que hay un amplio consenso indicando que manteniendo una cadencia en torno a los 90 rpm puede ayudarte a evitar la fatiga en las piernas, y por ende, a rodar mucho más y mejor sobre tu bici. La cadencia es algo personal, una habilidad de cada ciclista, como lo es su nutrición.
"Lo que funciona para Lance Armstrong (cadencia muy alta) o
Chrissie Wellington (cadencia baja) puede que a tí no te vaya bien".
Cómo medir la cadencia:
1.- Técnica Basica: Cuenta el número de
veces que su rodilla derecha sube en 30 segundos. Multiplica por dos.
2.- Técnica Avanzada: Calcula la cadencia a
través de tu cuentakilómetros, si dispone sensor de cadencia.
3.- Técnica Compleja: Utiliza un CompuTrainer combinado con la tecnología SpinScan
para obtener información detallada a través de un golpe de pedal completo. Este
punto sirve sólo para que sepas que existen estas técnicas, así que regresa a
los puntos 1 y 2.
Mejorar tu pedaleo, eso tan unido al ciclismo, se transforma en
un movimiento casi inconsciente, pero no por ello imposible de mejorar.
Imagina tus piernas al pedalear como las agujas de un reloj:
Entre la 1 y las 5Es la franja en la que aplicamos la mayor fuerza, pero al
contrario de lo que pensamos, el buen pedaleador no empuja sólo hacia abajo el
pedal. Para sacarle el máximo beneficio a esta franja, debes combinar 3
vectores de fuerza y prestar especial atención en los músculos que intervienen
en el pedaleo.Adelante: Utiliza
los cuadriceps para empujar hacia delante el pedal hasta llegar a las 3.
Abajo: Los cuadriceps van dejando su trabajo a
los glúteos que con gran potencia empujan hacia abajo durante el recorrido.
Atrás: Utiliza
los gemelos para extender el pie y empezar a superar el punto muerto de la
pedalada (situado a las 6).
Entre las 5 y las 7Esta es una posición de tránsito, pero es la zona que puede marcar
la diferencia. Aplicar correctamente la fuerza en esta zona ayudará a la otra
pierna a comenzar con más inercia su recorrido. No puedes empujar hacia abajo,
malgastarás fuerzas, empuja hacia atrás.Atrás: Emplea los isquiotibiales, y levantando el tobillo
para que los dedos "arrastren" el eje, conseguirás hacer fuerza en el
mismo sentido que el pedal.
Entre las 7 y las 10Es una zona de apoyo, donde manda la pierna contraria (que está
entre la 1 y las 5, la zona donde se aplica mayor fuerza). En esta zona, habrá
dos vectores de fuerza.Atrás: Sigue tirando hacia atrás con los isquiotibiales, no
podrás hacer mucha fuerza (más hace el cuadriceps de la pierna contraria) pero
notarás cómo se agiliza la pedalada, lo que redundará en un pedaleo más
redondo.Arriba: Una vez superada las 9, utiliza los flexores de la
cadera para impulsar hacia arriba el pedal. Al igual que en el paso anterior,
no notarás un gran aporte de potencia (el glúteo de la otra pierna está en
acción), pero sí verás su contribución a conseguir un pedaleo fluido. Levantar
los dedos del pie te ayudará a llevar el pie hacia la posición más alta de la
zona de pedaleo.
Entre las 10 y al 1Esta posición es como el lanzador de un equipo de carretera. Su
misión es preparar el ataque del que va detrás de él. Si aprovechamos bien esta
zona, la siguiente partirá con una buena inercia.Adelante: Gracias a los flexores de la cadera, continuamos el movimiento
anterior hasta superar las 12. Desde este punto podremos empezar el empuje con
el cuadriceps. Bajar el talón hasta la altura del eje del pedal nos ayudará a
ejecutar este gesto.
¿Y en cuanto a la cadencia? ¿Qué es mejor?
Pues como todo en la vida, depende de la
situación. Al margen de la cadencia en zonas técnicas o escasas de tracción
(donde se pedalea con una cadencia baja), pedalear con lentitud es síntoma de
una peor forma física, una forma menos eficiente de pedalear, pero de mayor
esfuerzo cardiovascular.Cuando estamos más flojos o "apajarados", resulta más
eficaz mover más desarrollo (predominando el trabajo muscular), que elevar la
cadencia de pedaleo, que elevaría las pulsaciones pese a que el
desarrollo sea más suave. Al mejorar la forma física apreciaremos los
beneficios de un pedaleo vivo, con una cadencia que ronde las 70-80
revoluciones por minuto, reduciéndose el esfuerzo muscular y permitiéndonos
cubrir más kilómetros y cada vez en menos tiempo.
Las zonas técnicas
Al margen del pedaleo habitual, hay zonas que requieren que
variemos la cadencia con el fin de asegurar tracción, mejorar el equilibrio,
etc.
Cadencia alta: En
zonas muy técnicas y yendo a poca velocidad en llano o en subida, la cadencia
alta impedirá que perdamos el equilibrio y podremos reaccionar más rápido ante
imprevistos, como cambiar de trazada, superar un escalón o acelerar para
afrontar con velecidad un tramo pedregoso. Recuerda la última vez que cruzando
un río metiste el pie en el agua o cuando subiendo por una trialera te quedaste
bloqueado al no poder evitar una prominente raíz. Probablemente esto te ocurrió
porque al ir atrancado, no pudiste hacer más fuerza con las piernas para dar el
decisivo golpe de pedal que te sacase de esa comprometida situación, o para
poder detenerte y volver a arrancar con agilidad.
Cadencia baja: Tener
desarrollo es fundamental para tener tracción, ya sea subiendo por un terreno
que ofrezca poca tracción, cuando pedaleamos de pie sobre los pedales o cuando
curveamos a gran velocidad (ya sea llaneando o en bajada). La tracción de la
rueda trasera es fundamental para "agarrarnos" a la trazada y no
perder la trayectoria. Sucede lo mismo cuando vas en coche y al tomar una
curva reduces una marcha. Si dejas el coche en punto muerto, no tendrás una
tracción que te agarre y el no salirte de la carretera dependerá enteramente de
los neumáticos. Además, a la salida de la curva perderás mucho tiempo por no
tener desarrollo para salir de ella con fuerza y velocidad.
"Lo que funciona para Lance Armstrong (cadencia muy alta) o
Chrissie Wellington (cadencia baja) puede que a tí no te vaya bien".
Cómo medir la cadencia:
1.- Técnica Basica: Cuenta el número de veces que su rodilla derecha sube en 30 segundos. Multiplica por dos.
2.- Técnica Avanzada: Calcula la cadencia a través de tu cuentakilómetros, si dispone sensor de cadencia.
3.- Técnica Compleja: Utiliza un CompuTrainer combinado con la tecnología SpinScan para obtener información detallada a través de un golpe de pedal completo. Este punto sirve sólo para que sepas que existen estas técnicas, así que regresa a los puntos 1 y 2.
Mejorar tu pedaleo, eso tan unido al ciclismo, se transforma en
un movimiento casi inconsciente, pero no por ello imposible de mejorar.
Imagina tus piernas al pedalear como las agujas de un reloj:
Entre la 1 y las 5Es la franja en la que aplicamos la mayor fuerza, pero al contrario de lo que pensamos, el buen pedaleador no empuja sólo hacia abajo el pedal. Para sacarle el máximo beneficio a esta franja, debes combinar 3 vectores de fuerza y prestar especial atención en los músculos que intervienen en el pedaleo.Adelante: Utiliza los cuadriceps para empujar hacia delante el pedal hasta llegar a las 3.
Abajo: Los cuadriceps van dejando su trabajo a
los glúteos que con gran potencia empujan hacia abajo durante el recorrido.
Atrás: Utiliza
los gemelos para extender el pie y empezar a superar el punto muerto de la
pedalada (situado a las 6).
Entre las 5 y las 7Esta es una posición de tránsito, pero es la zona que puede marcar
la diferencia. Aplicar correctamente la fuerza en esta zona ayudará a la otra
pierna a comenzar con más inercia su recorrido. No puedes empujar hacia abajo,
malgastarás fuerzas, empuja hacia atrás.Atrás: Emplea los isquiotibiales, y levantando el tobillo
para que los dedos "arrastren" el eje, conseguirás hacer fuerza en el
mismo sentido que el pedal.
Entre las 7 y las 10Es una zona de apoyo, donde manda la pierna contraria (que está entre la 1 y las 5, la zona donde se aplica mayor fuerza). En esta zona, habrá dos vectores de fuerza.Atrás: Sigue tirando hacia atrás con los isquiotibiales, no podrás hacer mucha fuerza (más hace el cuadriceps de la pierna contraria) pero notarás cómo se agiliza la pedalada, lo que redundará en un pedaleo más redondo.Arriba: Una vez superada las 9, utiliza los flexores de la cadera para impulsar hacia arriba el pedal. Al igual que en el paso anterior, no notarás un gran aporte de potencia (el glúteo de la otra pierna está en acción), pero sí verás su contribución a conseguir un pedaleo fluido. Levantar los dedos del pie te ayudará a llevar el pie hacia la posición más alta de la zona de pedaleo.
Entre las 10 y al 1Esta posición es como el lanzador de un equipo de carretera. Su misión es preparar el ataque del que va detrás de él. Si aprovechamos bien esta zona, la siguiente partirá con una buena inercia.Adelante: Gracias a los flexores de la cadera, continuamos el movimiento anterior hasta superar las 12. Desde este punto podremos empezar el empuje con el cuadriceps. Bajar el talón hasta la altura del eje del pedal nos ayudará a ejecutar este gesto.
¿Y en cuanto a la cadencia? ¿Qué es mejor?
Pues como todo en la vida, depende de la situación. Al margen de la cadencia en zonas técnicas o escasas de tracción (donde se pedalea con una cadencia baja), pedalear con lentitud es síntoma de una peor forma física, una forma menos eficiente de pedalear, pero de mayor esfuerzo cardiovascular.Cuando estamos más flojos o "apajarados", resulta más eficaz mover más desarrollo (predominando el trabajo muscular), que elevar la cadencia de pedaleo, que elevaría las pulsaciones pese a que el desarrollo sea más suave. Al mejorar la forma física apreciaremos los beneficios de un pedaleo vivo, con una cadencia que ronde las 70-80 revoluciones por minuto, reduciéndose el esfuerzo muscular y permitiéndonos cubrir más kilómetros y cada vez en menos tiempo.
Las zonas técnicas
Al margen del pedaleo habitual, hay zonas que requieren que variemos la cadencia con el fin de asegurar tracción, mejorar el equilibrio, etc.
Cadencia alta: En zonas muy técnicas y yendo a poca velocidad en llano o en subida, la cadencia alta impedirá que perdamos el equilibrio y podremos reaccionar más rápido ante imprevistos, como cambiar de trazada, superar un escalón o acelerar para afrontar con velecidad un tramo pedregoso. Recuerda la última vez que cruzando un río metiste el pie en el agua o cuando subiendo por una trialera te quedaste bloqueado al no poder evitar una prominente raíz. Probablemente esto te ocurrió porque al ir atrancado, no pudiste hacer más fuerza con las piernas para dar el decisivo golpe de pedal que te sacase de esa comprometida situación, o para poder detenerte y volver a arrancar con agilidad.
Cadencia baja: Tener
desarrollo es fundamental para tener tracción, ya sea subiendo por un terreno
que ofrezca poca tracción, cuando pedaleamos de pie sobre los pedales o cuando
curveamos a gran velocidad (ya sea llaneando o en bajada). La tracción de la
rueda trasera es fundamental para "agarrarnos" a la trazada y no
perder la trayectoria. Sucede lo mismo cuando vas en coche y al tomar una
curva reduces una marcha. Si dejas el coche en punto muerto, no tendrás una
tracción que te agarre y el no salirte de la carretera dependerá enteramente de
los neumáticos. Además, a la salida de la curva perderás mucho tiempo por no
tener desarrollo para salir de ella con fuerza y velocidad.
Cómo medir la cadencia:
1.- Técnica Basica: Cuenta el número de veces que su rodilla derecha sube en 30 segundos. Multiplica por dos.
2.- Técnica Avanzada: Calcula la cadencia a través de tu cuentakilómetros, si dispone sensor de cadencia.
3.- Técnica Compleja: Utiliza un CompuTrainer combinado con la tecnología SpinScan para obtener información detallada a través de un golpe de pedal completo. Este punto sirve sólo para que sepas que existen estas técnicas, así que regresa a los puntos 1 y 2.
Entre la 1 y las 5Es la franja en la que aplicamos la mayor fuerza, pero al contrario de lo que pensamos, el buen pedaleador no empuja sólo hacia abajo el pedal. Para sacarle el máximo beneficio a esta franja, debes combinar 3 vectores de fuerza y prestar especial atención en los músculos que intervienen en el pedaleo.Adelante: Utiliza los cuadriceps para empujar hacia delante el pedal hasta llegar a las 3.
Entre las 7 y las 10Es una zona de apoyo, donde manda la pierna contraria (que está entre la 1 y las 5, la zona donde se aplica mayor fuerza). En esta zona, habrá dos vectores de fuerza.Atrás: Sigue tirando hacia atrás con los isquiotibiales, no podrás hacer mucha fuerza (más hace el cuadriceps de la pierna contraria) pero notarás cómo se agiliza la pedalada, lo que redundará en un pedaleo más redondo.Arriba: Una vez superada las 9, utiliza los flexores de la cadera para impulsar hacia arriba el pedal. Al igual que en el paso anterior, no notarás un gran aporte de potencia (el glúteo de la otra pierna está en acción), pero sí verás su contribución a conseguir un pedaleo fluido. Levantar los dedos del pie te ayudará a llevar el pie hacia la posición más alta de la zona de pedaleo.
Entre las 10 y al 1Esta posición es como el lanzador de un equipo de carretera. Su misión es preparar el ataque del que va detrás de él. Si aprovechamos bien esta zona, la siguiente partirá con una buena inercia.Adelante: Gracias a los flexores de la cadera, continuamos el movimiento anterior hasta superar las 12. Desde este punto podremos empezar el empuje con el cuadriceps. Bajar el talón hasta la altura del eje del pedal nos ayudará a ejecutar este gesto.
¿Y en cuanto a la cadencia? ¿Qué es mejor?
Pues como todo en la vida, depende de la situación. Al margen de la cadencia en zonas técnicas o escasas de tracción (donde se pedalea con una cadencia baja), pedalear con lentitud es síntoma de una peor forma física, una forma menos eficiente de pedalear, pero de mayor esfuerzo cardiovascular.Cuando estamos más flojos o "apajarados", resulta más eficaz mover más desarrollo (predominando el trabajo muscular), que elevar la cadencia de pedaleo, que elevaría las pulsaciones pese a que el desarrollo sea más suave. Al mejorar la forma física apreciaremos los beneficios de un pedaleo vivo, con una cadencia que ronde las 70-80 revoluciones por minuto, reduciéndose el esfuerzo muscular y permitiéndonos cubrir más kilómetros y cada vez en menos tiempo.
Las zonas técnicas
Al margen del pedaleo habitual, hay zonas que requieren que variemos la cadencia con el fin de asegurar tracción, mejorar el equilibrio, etc.
Cadencia alta: En zonas muy técnicas y yendo a poca velocidad en llano o en subida, la cadencia alta impedirá que perdamos el equilibrio y podremos reaccionar más rápido ante imprevistos, como cambiar de trazada, superar un escalón o acelerar para afrontar con velecidad un tramo pedregoso. Recuerda la última vez que cruzando un río metiste el pie en el agua o cuando subiendo por una trialera te quedaste bloqueado al no poder evitar una prominente raíz. Probablemente esto te ocurrió porque al ir atrancado, no pudiste hacer más fuerza con las piernas para dar el decisivo golpe de pedal que te sacase de esa comprometida situación, o para poder detenerte y volver a arrancar con agilidad.
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