Ibiza, viernes 3 de Octubre de 2008, se produce nuestra llegada a la isla. Nuestras caras y comentarios solo reflejaban un claro nerviosismo y un halo de preocupación ante lo que se nos avecinaba, nada mas y nada menos que nuestra primera prueba de larga distancia, el HOME DE FERRO 2008, teníamos sensaciones de que nuestros entrenamientos no habían sido los suficientes y que iba a ser mucho más duro de lo que podíamos haber imaginado previamente. Todo esto se acentuó al DIA siguiente, sábado, cuando fuimos a visitar los circuitos. Nuestras miradas lo decían todo, “¿Dónde nos habíamos metido?, ¿QUÉ HACEMOS AQUÍ?”. La bici tenía rampas, pero la carrera a pié iba a ser mortal…mas dudas y preocupaciones para el coco!!
La noche previa a la prueba caímos rendidos, había sido un día largo, sobre todo por todo lo que se nos había pasado por la cabeza, hubo quien incluso rezó para que se le rompiera la bici y no poder participar, teniendo así una muy buena excusa…jejeje. Pero ya no había manera de romperla porque la bici pasaría la noche en boxes.
5:45 de la madrugada del 5 de Octubre de 2008 y al son del “Queremos marcha MARCHA” del despertador nos levantamos y decimos: “Aquí estamos y vamos a por TI, Home de Ferro!”. Desayuno suave, hicimos el desayuno de cualquier día, leche, tostadas, cereales, sándwich y a la boca del lobo…repaso al material que habíamos dejado preparado el día anterior: casco, zapatillas, neopreno, gafas, ropa, geles, etc.
De camino a los boxes el frío nos embargaba, pero el cielo despejado nos anunciaba que iba a ser un gran día, en el que dominaría el SOL. Entramos en boxes, dejamos todo listo, nos enfundamos el neopreno y la cala de Es Canar.
Somos los primeros en llegar a la cala con nuestros neoprenos ya puestos, son las 7:30 y la gente parece que no llega, nosotros nos tiramos, calentamos 300 metros y a la cámara de llamada, somos el 135 y el 136, ya todo está listo, me voy a primera línea, escorado hacia la izquierda, para así intentar evitar posibles golpes y cuando menos lo esperas suena la bocina que nos hacía comenzar nuestra aventura, esa que habíamos estado preparando con no pocos meses de entrenamientos y sufrimientos y alegrías, ya todo eso era una realidad, íbamos en busca de hacernos de hierro...
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